Tuesday, April 17, 2007

Familia tiburón

Voy a explicar una parte de nuestras vacaciones de Semana Santa que aunque penséis que me he drogado mucho estos días, espero tener pronto fotos para demostrarlo.

Después de dar una vuelta por Guatemala nos fuimos hacia Belice por que nos apetecía un poco de playas turquesas y submarinismo. Cuando llegamos al cayo al que íbamos casi no había sitio para dormir pero al final encontramos un hostalito decente donde tirarnos. Ahí pedimos referencias para bucear y nos enviaron con Carlos.
Como era lunes y éramos sus únicos clientes Carlos no estaba por la labor de trabajar mucho, así que nos buscó a alguien con quien enviarnos. Y es ahí donde empezó nuestra suerte.
Nos subimos a un pequeño velero de madera hecho por el propio señor, autóctono de la isla (raro allí) y cuya profesión es la construcción de barcos de madera que apenas ya nadie compra.
El hombre es el único de 9 hermanos que queda en la isla, ya que estos emigraron a los Estados Unidos junto con su mujer y sus hijos.
Cuando llevábamos un rato navegando el hombre nos explicó que era un día que no íbamos a olvidar y nos empezó a contar la historia.

Hace 16 años, en una visita al arrecife otro de los barcos que pescaba peces hirió con la pistola a un tiburón. El hombre lo vio, lo llevó a una cueva y allí cada día lo cuidaba y le daba de comer hasta que se recupero. Pero siguió visitándolo hasta que un día que el escualo estaba más inquieto, de repente parió delante de él. Desde entonces esta familia ya va por la tercera generación. Nos explicó que iba cada día de su vida al arrecife y cuando bajaba al agua le venían a buscar y jugaban con él, al igual que las mantas.

Nosotros estábamos como debéis estar vosotros, con cara de incredulidad…..
Nos tiramos al agua y sólo con las gafas, haciendo snorkel ya vemos 3 mantas y un par de tiburones que pasan cerca, pero evidentemente se alejan.
Ya, se mete el hombre al agua y empezamos a nadar un rato detrás de él, la fauna es alucinante y los corales también…. Y al cabo de unos minutos veo como un tiburón pasa justo por debajo de mí y alucino, pero no tarda en pasar otro bajo mis pies. Los dos se dirigen hacia el hombre y comienzan a jugar con él. Nosotros nos miramos flipando.
El hombre los coge, les da la vuelta, les abraza y hasta les besa en la tripa! Y nos los pasa a nosotros para que los toquemos y estos se dejan…. Así estuvimos durante casi una hora y ellos daban vueltas a nuestro alrededor y se iban acercando para que les tocásemos y jugáramos con ellos.
Al final cuando marcharon, nos acercamos a una manta que estaba en el suelo, el hombre le hizo gestos con la mano y ella se acercaba a él, la cogía y se la ponía sobre el pecho y en la espalda y luego a nosotros. La manta cuando se soltaba daba una vuelta y volvía a acercársele y él volvía a hacer lo mismo y así jugaron durante un buen rato.
Cuando salimos del agua nos frotamos los ojos a ver si es verdad. Yo por suerte llevaba una cámara acuática, pero como no la he utilizado en la vida, no sé cómo saldrán. Pero espero poder ilustrar estas letras y que hasta los más escépticos me creáis.
No menciono ni el lugar, ni el nombre del hombre porque quiere quedar en el anonimato, de hecho vino Nacional Geographic a hacer un reportaje de Belice pero no les dijo nada de todo esto porque quiere preserva lo que ya es su familia.

2 Comments:

At 8:19 PM, Blogger ... said...

lo q sí no me puedo creer es q no le pidieras una entrevista...

¡¡quieres entrevistar al cura riojano exorzista y no a ese tipo!!

Tia estás fatal...

 
At 8:20 PM, Blogger ... said...

jugando con las mantas... pa habernos matao!!!

 

Post a Comment

<< Home